lunes, 28 de mayo de 2012

La mancha humana. Philip Roth


La mancha humana. Philip Roth. Alfaguara,Madid 2006.

Acaba de llegar a la biblioteca esta novela del escritor norteamericano Philip Roth

                                             La novela está ambientada en la América de Clinton y su indecoroso final en la Casa Blanca. Se trata de un trabajo denso, psicológico, con unos personajes muy definidos. Sorprende que la vida de un destacado miembro de la comunidad educativa de una pequeña ciudad norteamericana, Coleman Silk, se vea destrozada por un leve comentario en su clase a propósito de la ausencia continuada de dos alumnos negros. El comentario alude a que al no asistir nunca a clase, quizá se hayan convertido en negro humo.
Una sociedad cerrada, envidiosa, pacata y muy susceptible termina malinterpretando ese comentario banal. Después de su voluntaria exclusión del sistema, pues no aguanta un rechazo tan injusto, inicia una relación con una limpiadora de la universidad mucho más joven que él y con un pasado trágico.
A pesar de las diferencias de edad y de cultura (ella se confiesa prácticamente analfabeta), la soledad de cada uno de ellos suma fuerzas, convirtiéndolos en un tándem muy compenetrado, en donde cada uno cree encontrar lo que busca. Coleman, sentirse de nuevo un hombre pleno, a pesar de sus más de setenta años, y ella, Faunia, nombre de reminiscencias salvajes, un hombre que la cuide y la mime sin tener que sufrir sobresaltos ni humillaciones.
En la cercanía acecha el ex marido de ella, un veterano de Vietnam trastornado por la guerra, que no soporta que ella rehaga su vida después de un matrimonio desastroso en el que murieron accidentalmente los dos hijos de la pareja.
El final es sorprendente. Un amigo de Coleman, Zuckerman, a quien el ex decano le encarga escribir la historia de su vida, descubre un secreto de su pasado cuando éste fallece. Coleman Silk procede de una familia de color y de ascendencia también judía de quien se despega con el fin de prosperar  en un mundo dominado por los blancos.
El último tercio de la novela se eleva en las escenas en que la profesora francesa contratada por Coleman en sus tiempos de Decano se deja llevar por su soledad y pergeña un embuste que termina deshaciendo la poca credibilidad que le quedaba al profesor.
Es una reflexión sobre la maledicencia, la vergüenza, los celos y el amor.

                                                                                                                  Cristina González Díez

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