jueves, 10 de mayo de 2012

Para lectores gozosos y esforzados. Apartado III.


Sin querer ofender con nuestra clasificación, aquí presentamos obras para esos lectores que buscan contenido, pero que se dejan llevar por la palabra. Obras donde la función estética parece que está por encima del planteamiento y da igual. Uno relee sus páginas una y otra vez dejándose llevar por el adjetivo exquisitamente seleccionado, valorando en ellas el ejercicio de teoría literaria y el juego de voces presentado. Un maravilloso ejemplo es la última aportación de Juan MARSÉ: Caligrafía de los sueños, ed. Lumen, Barcelona 2011.
Pero nos servirían cualquiera de sus anteriores novelas. Marsé ha sabido crear una voz personal y un universo privado y recurrente que encuentra su espacio en la Barcelona de posguerra y que recrea la memoria de la infancia, de la juventud y todos sus miedos y deseos.  Como en Últimas tarde con Teresa, aparece la muerte, aquí como intento fallido de suicidio pero que si no la muerte de Vicky, sí consigue acabar con la relación amorosa  que esta tenía con el señor Alonso. Todo ello es observado por Ringo, pianista frustrado por falta de dinero que acabará por ser un proyecto de escritor.


La otra novela que seleccionamos es La noche de los tiempos de Antonio MUÑOZ MOLINA, Ed. Seix Barral, Barcelona, 2009. Nos cuenta el amor loco de un arquitecto de éxito en la España de preguerra. El clímax de su relación adúltera va a coincidir con el estallido de la guerra. M. Molina recrea la historia de amor con ecos de la vivida por Pedro Salinas y que aparece en su Epistolario completo.  Mezcla personajes reales con otros inventados y es un ejercicio de narrativa moderna y de honestidad. Y en el centro de todo el amor y sus enigmas, las miserias del ser humano y lo que nos hace dignos de serlo.


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